El proyecto está definido por dos capas, que operan juntas para crear un paisaje geo-urbano. Por un lado una plaza urbana y por otro una topografía natural que se abre paso a través ésta en un movimiento tectónico. Surge así una montaña que reivindica su lugar en la trama urbana. Para lograrlo, se busca una conexión con su entorno inmediato, planteando un itinerario en espiral continua que la recorre consiguiendo conectar las calles y las zonas verdes que la rodean. En este itinerario la realidad se aprehende de manera multisensorial, existiendo zonas en las que se prioriza uno u otro sentido y todo ello abordado con una estrategia geométrica que lo hace plenamente accesible. Los elementos vegetales pasan a formar parte del catálogo activo de materiales empleados en el proyecto. Se incorporan especies con necesidades hídricas bajas y especies tecnológicas que permiten iluminar y acotar el espacio durante la noche.La plaza perimetral se genera a partir de una geometría hexagonal que permite adaptarse con flexibilidad al relieve de la montaña. Estas piezas  se presentan en distintos acabados en función de su utilidad.
Reconocimientos